No sé si os ha pasado, pero en mi casa ha pastado muchísimas veces. Pones calcetines a lavar... y cuando los vas a doblar, ¡no está la pareja! ¡Cachislamar!
Y en el caso de mi casa, muchas veces con cinco niños, además haciendo deporte, el tema de los calcetines es eterno.
Uno de los problemas básicos es que si ponemos a lavar en dos lavadoras separadas un par de calcetines blancos, por ejemplo, uno con ropa blanca y otro con ropa de color, hay muchas opciones de que el calcetín lavado con la ropa de color quede totalmente diferente del calcetín lavado con ropa blanca.
Por supuesto, si no nos damos cuenta, nunca los emparejaremos e iremos acumulando calcetines sueltos para, quizá, emparejarlos algún día.
Solución:
Cuando nos quitemos los calcetines, los pondremos todos en una bolsa de esas que se usan para lavar ropa delicada. Todos ahí. Lo más habitual será que nos los quitemos a la vez, o sea que los pondremos juntos en la bolsa. Pondremos ahí los de toda la familia. Cuando vayamos a poner la lavadora, cerramos la bolsa, y ahí quedará hasta que la saquemos de la lavadora.
Si ponemos secadora, seguirán en la bolsa, sin sacarlos. Si los tendemos, pues los tenderemos todos juntos... Y eso sí, en cuanto estén secos, a doblarlos juntos y en seguida.
Suerte!
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